viernes, 17 de abril de 2009

Soledad

En mi rutinaria subsistencia
De ganarle la batalla a la tristeza
Te encuentro con los brazos abiertos
Y sin reproche alguno.
Será por eso que te busco?
Hoy debo confesarte
Que me das tranquilidad
Que me ayudas a aclarar dudas
Que permites el encuentro con mi esencia
Que me escuchas y me aconsejas
Que me guías en la oscuridad
Pero que me matas a pulso lento
Me desequilibras, asfixias y carcomes
Porque me quitas las alas
Antes de tomar impulso
Porque me estás convirtiendo
En un alma en pena, solitaria y frívola
Pero hoy te pido perdón
Por ser la única amiga inseparable
Por soportar mi incapacidad de dejarte
Oh mi grata soledad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No es locura poeta, es realidad. No hay mejor amigo que la soledad, ella siempre está contigo, te cuida y te arrulla. Es como tus sueños, ese maravilloso encuentro con tu inconsciente que siempre está de tu lado y que te sugiere en su extraño idioma qué hacer, qué rumbo tomar. Quizás lo mejor sea esperar y no lanzarte a buscar otro amor, sino tomar distancia, llorar sí, aprender de lo vivido y esperar un poco... Luego Cupido el hijo de Venus, tocará de nuevo tu corazón con su flecha de oro y empezarás un nuevo viaje ojalá hermoso y gozoso. El presente, poeta, ese es nuestro mejor regalo.
Un abrazo
Mauro